Época: Paleolítico Superior
Inicio: Año 38000 A. C.
Fin: Año 9000 D.C.

Antecedente:
Distribución geográfica

(C) Eduardo Ripoll



Comentario

En el norte de esta región, en el departamento de Ain y en la comuna de Poncin, se encuentra el yacimiento de La Colombiére. De él proceden diez cantos y un hueso de mamut con grabados. En ellos abunda la asociación reno + caballo. Son de importancia por haber sido encontrados en posición estratigráfica. Pero su atribución cultural difiere: Gravetiense para H. L. Movius, Magdaleniense para Leroi-Gourhan.
Otro grupo de arte rupestre paleolítico se encuentra en el bajo valle del Ródano, en un reducido espacio de 20-25 kilómetros de las gargantas del río Ardéche que da nombre al departamento. Lo forman una docena de cuevas, entre las que señalaremos las más importantes. En los vecinos departamentos del Gard y del Herault hay tres cuevas que enlazan con este mismo grupo. Y aún se puede señalar una prolongación hacia el sur, hasta los Pirineos orientales.

La cueva de Ebbou (Vallon-Pontd'Arc), en la misma orilla del cañón del Ardéche, es una larga galería de 260 metros, cuyos grabados fueron descubiertos en 1949 por el abate A. Glory. Su inventario, establecido por J. Combier, comprende 63 figuras, con predominio de los caballos (varios en posición vertical, como cayendo), cabras y bóvidos. Sus caracteres son mediterráneos y llevan las comparaciones hacia el arte de Sicilia o del Parpalló. Como en este último lugar, sus autores serían los artistas solutrenses.

En el mismo municipio de Vallon-Pont-d'Arc se encuentran la cueva y el abrigo de Colombier. En la primera hay una máscara que aprovecha un saliente estálagmítico como nariz, un bóvido, un macho cabrío y signos. En el abrigo hay un bello panel de machos cabríos de los que se ha representado el movimiento mediante la multiplicación de las líneas de sus extremidades. En la cueva de Le Figuier (Saint-Martin-d'Ardéche) hay varios grabados, entre ellos un mamut y un bóvido. En la Téte-du-Lion (Bidon) puede verse un bóvido y dos cabezas de cabra, de color rojo, acompañados de signos formados por puntuaciones amarillas, y la parte delantera, también en rojo, de un ciervo de magnífica cornamenta.

En las orillas del Ardéche asimismo, en la divisoria entre el departamento de ese nombre y el del Gard, se halla la cueva del Oulen (Le Garn). Contiene una sala vestibular con grabados y una de fondo con pinturas rojas y grabados: mamuts y signos. En parecida situación se encuentra la cueva del Chabot (Aiguéze), con importante yacimiento solutrense y grabados en sus dos muros, a los que llega la luz del día. Esta decoración está formada por cuatro paneles de una gran complicación: mamuts, caballos y machos cabríos.

En el departamento del Gard están las cuevas del Bayol (Collias) y La Baume-Latronne. La segunda, en el municipio de Russan-Sainte-Anastasie, corresponde a un vasto sistema troglodítico, de topografía complicada y que se extiende a lo largo de muchos cientos de metros. Las figuras parietales se hallan a 240 metros de la entrada. E. Drouot ha clasificado el contenido en cinco categorías: pequeños signos negros, huellas de manos, grabados realizados con el dedo, grabados realizados con un buril de sílex, y pinturas. Estas pueden ser polidigitales, en anchas bandas, y de trazo lineal. Como en el resto del arte mediterráneo, hay en estas figuras una acusada tendencia a la estilización, o incluso a la abstracción. Este es el caso, bien conocido de los mamuts de esta cueva, todos representados sin pelaje, y de forma sintética. Añádase un posible rinoceronte y un ser fantástico, serpentiforme con cabeza de felino. La mayoría de las figuras están trazadas con la arcilla roja del suelo de la cueva. Las imágenes parecen corresponder a la fórmula mamut + caballo + felino. Breuil y Leroi-Gourhan coincidieron en atribuirlas al Gravetiense, pero Drouot, con argumentos de peso, ha postulado su pertenencia al Solutrense.

Durante mucho tiempo ha existido una tendencia a considerar marginal este grupo del bajo Ródano, pero J. Combier ha demostrado recientemente que, aunque muy aislado geográficamente y conservando una originalidad singular, el arte de esta región puede fácilmente incluirse en las secuencias franco-cantábricas.